How-to: afrontar el sufrimiento y la muerte
Uno de nuestros objetivos es transmitir nuestras experiencias y puntos de vista a otras personas que también estén interesadas en crear un santuario. Con este fin, de vez en cuando abordamos un tema en una entrada del blog titulada «How-to” (cómo hacerlo).
Uno de los motivos de estas entradas es que nosotros también encontramos muy valiosa esa información. Sin embargo, en nuestra opinión, hay muy poca. Cuando se visita o se trabaja en santuarios, a veces se puede adquirir algo de experiencia, pero a menudo hay poco tiempo para debatir un tema en paz y tranquilidad.
Esto es lo que intentamos hacer aquí y empezamos con lo que consideramos el tema más difícil: Tratar con el sufrimiento y la muerte de los animales. Porque, aunque las publicaciones en las redes sociales – como las nuestras – muestran a menudo momentos bonitos y divertidos con los animales, a menudo también hay que enfrentarse a la enfermedad, el sufrimiento y la muerte.
Las últimas semanas han sido muy duras para nosotros porque un virus propagado por mosquitos está causando estragos en Cataluña, lo que provoca la muerte del 50% de las ovejas infectadas. 5 de nuestras ovejas han muerto a causa de él, entre ellas Mekki, a quien hace poco presentamos en la primera entrada del blog como el origen de nuestro santuario y que, naturalmente, tenía una relación especialmente estrecha con nosotros y nosotros con él. Su batalla contra el virus duraba varios días y justo cuando empezábamos a tener esperanzas de que pudiera ganar la batalla, murió.
Además de este tipo de epidemias, también es bastante natural que en un santuario haya animales con un alto riesgo de sufrir de problemas crónicas o incluso de morir pronto. Al fin y al cabo, muchos animales sólo se llegan a un santuario porque se han vuelto viejos e «inútiles», o son jóvenes pero demasiado débiles o algo similar.
Así que hay que plantearse honestamente si se puede hacer frente a esto hasta cierto punto. En el peor de los casos, también debe ser capaz de tomar la decisión de poner fin al sufrimiento de un animal. La mayoría de las personas que se plantean crear un santuario probablemente habrán tenido experiencias similares con perros, gatos u otros animales de compañía. Al final, cada uno solo puede decidir por sí mismo si está dispuesto a hacerlo 10 o más veces al año. Pero no cabe duda de que deberías plantearte la cuestión durante un buen tiempo antes de abrir un santuario. Para nosotros, la alegría de dar a nuestros animales la oportunidad de disfrutar de su vida en libertad y en la naturaleza al menos durante un tiempo siempre prevalece. Y por eso aquí va otra foto de los buenos tiempos con Mekki para acompañar este post, y en los próximos días fotos de él y de Peque, Loca, Cassandra y Dotti en Instagram llenos de alegría de vivir.
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